Decidí ser bombera en el 2002 y aún sigo ejerciendo hasta la fecha.
Es una pregunta que me hacen en muchas entrevistas. Realmente era una persona con su faceta profesional solucionada, Funcionaria de Carrera del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, adscrita en primer lugar al Instituto Social de la Marina y a continuación a la Tesorería General de la Seguridad Social. Tengo muy buenos recuerdos de esos casi 15 años y conservo grandes amistades que no dudaron en apoyarme incondicionalmente cuando les comenté mi intención de prepararme a las oposiciones para el Cuerpo de Bomberos.
Pero, mi vida dio un giro de 180º cuando me embarqué en la búsqueda de la tumba de mis hermanos Pablo y José María, y especialmente en el primer viaje, sola, sin tener muy claro dónde iba y qué ocurriría en el corazón del Himalaya.
Siempre he sido inquieta, en busca de retos, incansable en mis objetivos e ilusiones. También mi vida desde pequeña estuvo relacionada con el hecho de ayudar. Con mi hermano Pablo descubrí la montaña y una de mis primeras preguntas a él fue: «¿Pablo? Si ahora en esta Sierra en la que sólo estamos tú y yo escalando, te pasara algo, ¿qué tendría que hacer yo?…«
Un coktail de cualidades, circunstancias y cuestiones que lógicamente tenían que encontrar su camino… Y ese camino lo ví claro en largas horas de caminar, sufrir, pensar, escribir, meditar… allí, en el Himalaya, donde decidí que debía dar un cambio a mi vida, buscar aquello que me hiciera feliz.
Siempre comento en charlas o entrevistas que otra Reyes de Miguel regresó del Himalaya y a todos los niveles.
Pero no sabía bien a qué iba a enfrentarme cuando dije “quiero ser bombera”. Primero me informé de los requisitos y comencé por lo fundamental: necesitaba sacar el carnet de conducir de camiones, el C; y saqué ese, luego el E, para camiones articulados y el antiguo BTP. Pensé que a partir de aquí todo sería más sencillo, ¡qué equivocada estaba! Me quedaba lo peor… la negatividad, incomprensión, críticas, consejos desmoralizadores… de las personas que no entendían, no querían, y se negaban a que una mujer quisiera optar a esa profesión. Claro, hasta ese momento no había ninguna mujer bombera en toda Canarias y deseaban que siguiera siendo así.
La frase de mi hermano: “Cuando no puedas más…. continúa; y cuando no puedas más… continúa!” , fue mi mantra en el Himalaya, y lo fue durante los años de preparación titánica para superar las pruebas físicas de la oposición.
Trabajaba, entrenaba y estudiaba, no tenía más vida. Años de machaque físico viendo como mi cuerpo iba cambiando día a día, con mucho esfuerzo y sacrificios, desilusiones, bajonas, llantos ahogados… Pero por encima de todo estaba un rumbo marcado y nada ni nadie haría que parara por conseguirlo, ni siquiera la injusticia de la baremación de esas pruebas físicas, ya que no había diferencias por sexo y la mayor puntuación la marcaba quién hiciera más dominadas, corriera más rápido, o cualquier otra prueba… lógicamente siempre un hombre marcaba ese 10.
Pero llegó ese día y no precisamente como había imaginado porque la vida a veces te sorprende de forma inexplicable. Tan preparada que estaba, tan fuerte, y cuando aprobé mi oposición estaba en un estado bastante penoso. Llevaba más de tres meses de parón por una infección de riñón y en este estado un amigo me habló de una nueva convocatoria para bomberos de aeropuerto, me convenció y me presenté. El teórico me salió muy bien y eso me obligaba a presentarme a las pruebas físicas para las que en ese momento me sentía incapaz.
Creo sinceramente, que ese día trabajó más mi cabeza, mi pasión, mis ganas, porque mis músculos no pensé que respondieran. Y en la última prueba, la natación, lloré cuando me dijeron que había aprobado.
Y si, me convertí en la primera mujer bombera de Canarias, sin que los Parques estuvieran preparados para la incorporación femenina, sin poder tener prendas correspondientes a mi EPI con tallaje de mujer, pero todo esto no se reflejaba en la gran sonrisa de oreja a oreja que llevaba ese primer día de trabajo.
Hoy, casi 18 años después sigo siendo la única de Tenerife, pero tengo dos compañeras más en otras islas y unas cuantas más en la Península, pero seguimos siendo un ridículo 1% del total de las plantillas.
Hoy también tengo que decir que he ascendido en el escalafón, también por oposición y soy la única Jefa Dotación de Bomberos de Canarias.
Ojalá en poco tiempo tenga muchas más compañeras, si realmente desean trabajar en una profesión tan bonita como la mía.
© 2020-2023 Reyes de Miguel
Todos los derechos reservados
Diseño web: iqué+ comunicación
© 2020-2023 Reyes de Miguel
Todos los derechos reservados
Diseño web: iqué+ comunicación