Ámbito Deportivo

El deporte ha sido el motor, el corazón, a lo largo de toda mi vida.

¿Cómo habría llegado hasta donde estoy sin el deporte?

¡Imposible! El deporte ha sido el motor, el corazón a lo largo de toda mi vida, sin él no creo que tuviese tantas historias y experiencias que contar. 

Mis inicios fueron como mínimo curiosos. Era una niña de 10 años cuando mi hermano Pablo me preguntó: ¿quieres venir conmigo a una competición de atletismo? Y le contesté: ¿qué tengo que hacer? Y su respuesta única fue, correr lo más rápido que puedas. 

En la línea de salida de 100 metros lisos junto a otras niñas mayores que yo, se me veía aún más flacucha y pequeña si cabe. Mi vista puesta en Pablo, esperándome en la meta. Y corrí, vaya que si corrí, y tan rápido que parecía volar. Llegué la primera y de repente estaba rodeada por un montón de adultos a los que no conocía de nada preguntándome quién era, a qué equipo pertenecía…. Y yo casi a punto de llorar pensando que había hecho algo malo. Pablo me salvó del grupo y me abrazó riendo como un loco.

Ese día comienza mi aventura en el mundo del deporte, en el cual sigo y seguiré mientras mi cuerpo y mi mente aguanten. 

El atletismo se convirtió en mi primer deporte, fui velocista, aunque a decir verdad, mi entrenador me apuntaba a casi todas las pruebas ya que no había muchas niñas en el equipo. Guardo un recuerdo muy entrañable de aquellos años de entrenamiento y competiciones, siempre al lado de mi querido hermano Pablo.

Cambiar de ciudad.

Por circunstancias de la vida tuvimos que cambiar de ciudad y mi sueño deportivo cambió por completo de faceta. Tras mucho empeño por mi parte ejercitando mi flexibilidad, conseguí que me eligieran para el equipo de gimnasia rítmica. Un deporte que me enamoró y en el que sufrimos mucho mis compañeras y yo. No era como hoy, no teníamos salas con parquet o moqueta, entrenábamos en cemento puro o baldosas. Teníamos moretones por todo el cuerpo, pero éramos realmente buenas y más aún mi admirada entrenadora Terele.

Con ella aprendí mucho de gimnasia rítmica, deportiva y de danza. Tengo que decir que mi gran pasión siempre fue y es la danza. Cualquier deporte o actividad que hago siempre intento darle el enfoque de la danza; si escalo intento hacerlo como si bailara con la roca; si hago taekwondo le añado su armonía, sensibilidad y magia.

Nuevas disciplinas deportivas.

A partir de esos años he ido conociendo muchos otros deportes y practicándolos:

Balonmano, por ejemplo, que llegó a mí de la mano de un gran amigo el cual me invitó a probar con el equipo al que entrenaba. Conseguimos ganar muchos campeonatos y además me seleccionaron para jugar con el Equipo de Castilla La Mancha.

Piragüismo: impresionante experiencia con este deporte. Disfruté especialmente del contacto con la naturaleza. No olvidaré jamás una jornada nocturna en un río de Ávila con luna llena y viendo caballos salvajes.

Ciclismo, tanto en montaña como en carretera, submarismo, kayak de mar, carreras por montaña, triatlón, duatlón…. 

Muchos deportes, muchas horas compartiendo con maravillosas personas, otras veces sola y otras con mi compañero inseparable Himalaya (mi husky).

Un baúl lleno de medallas.

Realmente tengo un baúl lleno de medallas, trofeos, diplomas, premios, distinciones… pero lo que de verdad me hace sentir “campeona” es la cantidad de recuerdos, amigos y amigas, sueños, nervios, momentos felices, otros de sacrificio y dolor, pasión y el haber aprendido una gran forma de vivir.

De todos mis deportes, siempre hago distinción a dos: Montaña y Taekwondo. Porque ambos si marcaron mi rumbo y su huella perdurará por siempre en mí.

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