Génesis

Retazos de mis memorias.
Todo lo que conforma el libro de mi vida que da respuesta al Por Qué, al Cómo, al Cuándo y al Dónde

“EL POR QUÉ” 

(1ª Parte) 

Crecí en el seno de una gran familia, nada más y nada menos que diez hijos (8 niños y 2 niñas únicamente), ocupando yo el octavo lugar. Puedo asegurar que mi infancia fue bastante feliz, aunque al principio no tenía claro querer ser “una niña” o al menos, el significado que se le daba. Tan acostumbrada estaba a jugar con mis hermanos y su amigos (todos chicos) que cuando llegaba el día de Reyes me enfadaba muchísimo al ver que ellos tenían increíbles coches y camiones para jugar y a mí me habían dejado alguna muñeca, su ropita y cocinitas. No sabía qué hacer con esos juguetes, y me sentía como huérfana de regalos…

Pelo corto, flacucha y espigada, ropa y ademanes de chico, nada de jugar con niñas, lo mío era subirme a todo lo que fuera alto y entrañara peligro, hacer peleas con bolsas de arena, correr, saltar… en fin, llegar a casa hecha un Cristo, sucia, con alguna herida sangrante en piernas y brazos, pero realmente feliz…

No obstante, también esa etapa pasó, con muchas historias y anécdotas que contar y que narro en mi próximo libro, con el que espero que a ti, lector o lectora de mi página y blog, te mueva el deseo de adentrarte en mi mundo y comprender el principio de ese “Por qué”.

“EL POR QUÉ” 

(2ª Parte) 

Valores y Principios no nacen inherentes a la persona… se aprenden.

¿Quién te enseñó a ti Reyes? ¿Cómo te guiaron? ¿Cuándo y dónde comenzaron a crecer en ti tus caracteres humanos y personales, esos que te definen hoy en día?

Preguntas que afloran cuando medito caminando en silencio por los bosques; respuestas que bajo línea otros buscan encontrar en mis historias para seguir el sendero marcado.

En el “quién” no hay lugar a dudas: mis padres en primerísimo lugar;  honor, honestidad, fortaleza, valentía, disciplina, generosidad, resiliencia, responsabilidad, alegría, respeto, compromiso, justicia y mucha fe…. Ellos las tenían todas… ¿Cómo no iba a sentirlas y que poco a poco fueran brotando dentro de mí?

Pero al igual que cualquier flor, no basta con germinar, necesita nutrientes y agua para arraigarse con fuerza y no ser quebrada por viento, sol o tormentas. 

¿Cómo? Con su ejemplo… Alimentaron mi alma día a día, a través de sus quehaceres, su amor incondicional, su pasión por leer y escribir, por los animales y la naturaleza, por ayudar y cuidar… por la Vida más allá de lo que nuestros ojos ven, impregnando a sus vástagos la forma de ser transparentes, limpios, con luz. 

¿Cuándo y dónde? La niñez dicen los entendidos, es la edad propicia para embeber cada enseñanza y con ellas moldear y forjar los cimientos de esa futura mujer o futuro hombre.

Pasé toda mi infancia, hasta los 13 años en mi ciudad natal, Cáceres. Una casa llena de  criaturas, con sus algarabías, juegos, riñas y muchas, muchas risas. El orden, las normas y la constancia para ejecutar nuestras tareas y actividades cotidianas las orquestaba a la perfección mi madre, con temple y dulzura a la vez, inculcando en nosotros el valor de la responsabilidad y colaboración.

 

Nos hizo amantes de los libros y los estudios; nos transmitió su buena mano y amor a todo tipo de bicho o planta existente, al igual que mi padre. De él, además, siempre digo que aprendí lo que significa ser un gran trabajador: vocacional, comprometido, sensato…, siendo capaz de ganarse el respeto y la confianza de los demás siendo Jefe, pues su ecuanimidad, sentido de la justicia e igualdad formaban parte de su tarjeta de identificación.

Hicieron que estudiar, crear, imaginar, analizar, pensar, asimilar y observar fueran verbos cercanos, atrayentes, líneas invisibles que nos dirigían al Universo de los Sueños, donde cada Estrella era una Meta.

Y como anunció el gran científico Carl Sagan: “Somos Polvo de Estrellas” 

¡Cuánto significado en una sola frase! Y qué difícil encontrar quien represente la Osa Mayor de tu andadura.

Fui una de sus Semillas que aprendió su mensaje: encauzar mi existencia al nacimiento de mi propio Semillero, y seguir así ese linaje de principios y valores… 

Algún día, en nuestro reencuentro, me mostrarán qué tal lo he hecho y veremos juntos esa posible y admirada Aurora Boreal tras de mí.

Aquí y ahora sólo escribiré retazos de esas memorias para que todo pueda ir enlazándose hasta llegar a Reyes de Miguel, esa mujer que miguita a miguita va llenando esta página de proyectos, charlas, escritos, entrevistas, fotos, semillas… todo lo que conforma a la autora de ese libro, el libro de su vida que da respuesta al Por Qué, al Cómo, al Cuándo y al Dónde.