Viento patagónico, aullante, intenso…

Moldeador de catedrales de roca

Susurras incesante sus nombres

Porque son ensamble de cuerda y alma

Almas acompasadas con el ritmo metálico de sus armas

Mismo son, idénticos sueños, paralelismo de vida

Vidas marcadas con el fluir de la libertad en sus venas

Seres capaces de conquistar lo inaccesible

Gestas heroicas e intrépidas, quizás incomprendidas

Sólo a la altura de quienes su día a día es un ahora

Quienes aúllan como tú, viento gélido, en la cumbre ascendida

Irradiando la inmensa alegría con sus eternas sonrisas

Amaia e Iker, Iker y Amaia

Adalides para amantes de nuestras montañas

Eslabones de nuestra cordada fraterna

Unidad y luz entrelazada con vuestras estrellas